7 julio 2021
Existen muchos motivos para acceder a servicios financieros como los préstamos, ya se trate de créditos al consumo o de inyecciones de liquidez para un negocio. Y aunque se intenta cumplir con los calendarios de amortización previstos, distintas circunstancias pueden colocar a los usuarios ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones. En estos casos, la legislación española permite acceder a un recurso de emergencia conocido como Ley de la Segunda Oportunidad.
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La Ley de la Segunda Oportunidad es la denominación popular de la Ley 25/2015, de 28 de julio, que habilita un marco normativo que permite a las personas físicas con una fuerte carga crediticia alcanzar un nuevo compromiso de pago con sus acreedores. Así, la ley trata de garantizar la estabilidad financiera de familias y empresas sin comprometer los derechos de cobro.
Gracias a este instrumento jurídico, los beneficiarios de la ley no se ven incluidos en listas de morosos y pueden seguir disfrutando de productos financieros como las tarjetas de crédito. En el caso de los profesionales autónomos, también evitan que su negocio entre en una situación de quiebra técnica.
Como ya se ha mencionado, los usuarios particulares y los trabajadores por cuenta propia son los potenciales beneficiarios de la norma.
Hay 2 requisitos esenciales que deben cumplirse para poder acogerse a esta Ley:
Las deudas con la Hacienda pública y la Seguridad Social no pueden acogerse a las disposiciones de la Ley de la Segunda Oportunidad. Las deudas garantizadas con hipotecas o propiedades del usuario tampoco pueden cancelarse apelando a esta ley. Por otro lado, las deudas generadas con posterioridad a la activación del mecanismo previsto por la norma tampoco podrán incluirse en el mismo.
El procedimiento más habitual que se encuentra amparado por la ley es la reunificación de deudas, una posibilidad que reduce la cuota mensual a satisfacer y alivia la situación financiera del beneficiario. Es recomendable solicitar este servicio a una entidad especializada y que ofrezca las garantías pertinentes.
Si no puedes acogerte a la Ley, no te agobies, aún hay opciones y soluciones para librarte de deudas, por ejemplo, reunificando tus deudas. Un préstamo de reunificación de deudas significa la negociación con una entidad para unificar tus deudas en una sola. De esta forma podrás elegir un plazo de devolución que se adapte a tus posibilidades financieras.
La eliminación definitiva de las deudas se hará efectiva a los cinco años de la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad. Durante ese periodo, será posible reabrir el caso si así lo exigen y justifican los acreedores que se sientan perjudicados.